LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO DE J. LLamazares

 “Las lágrimas de San Lorenzo”:

El tiempo es el tema central de la última novela de Julio Llamazares “Las lágrimas de San Lorenzo”. La acción de la novela transcurre en un espacio temporal concreto, la noche en la que el protagonista contempla con su hijo, en Ibiza,  la lluvia de estrellas en la noche de San Lorenzo. Cada estrella que cae va precedido con la expresión “Otra” dando pie a pensamientos en los que el protagonista repasa su pasado,  traspasando el espacio temporal, volviendo a su infancia, en un ir y venir del pasado al presente regalándonos reflexiones tan certeras como las siguientes:

 “La vida no tiene vuelta. Como la juventud o el viento, la vida pasa y nunca retorna por más que nos neguemos a aceptarlo, como les sucede a muchos.”

 “Nos pasamos la mitad de la vida perdiendo el tiempo y la otra mitad queriendo recuperarlo”

O reflexionando acerca de la propia existencia como el Segismundo de Calderón, preguntándose:   “ Porque ¿de verdad existo?¿De verdad todo lo que ahora recuerdo lo viví en la realidad, o es la ensoñación de un dios cuyo único idioma es el tiempo?”

Llegando a comprender que : ¡La vida es eso que te sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes!(frase de lennon…)había comprendido finalmente lo que la frase de lennon significaba, que era justo ,o contrario de lo que yo había entendido hasta entonces: que la vida es eso que pasa mientras estamos ocupados en pensar qué hacer con la nuestra.”

Comprendiendo la inmesidad del universo en comparación con la levedad de la existencia humana e incluso la pequeñez del ser humano:

“¿Ves todas estas estrellas?....Llevan ahí millones de años; millones de millones, según dicen los astrónomos. Parece que no van a desaparecer jamás y, de repente, dan un salto en el vacío y se borran para siempre como si nunca hubiesen estado ahí…Pues lo mismo pasa con las personas. Parece que van a durar siempre, que nunca te abandonarán del todo y, cuando te das cuenta, han desaparecido del mundo sin ni siquiera dejar un rastro de luz como las estrellas; todo lo más una leve huella en la memoria de quienes las amaron que desaparecerá con éstos, porque también ellos desaparecerán un día. Y así generación tras generación, lo mismo que las estrellas…”

En la misma línea “Cual la generación de las hojas, así la de los hombres…escucho a Homero decir en mi corazón…”

CONCLUSIÓN:

 “Cambian las lenguas y las ciudades, pasan los años y las personas, pero las lágrimas de San Lorenzo siguen conmigo acompañándome a todas partes, iluminando mis decepciones y mis recuerdos, convirtiendo mis deseos en arena y mi melancolía en nostalgia. Porque las lágrimas de San Lorenzo no son sólo una metáfora del tiempo. Son sobre todo la prueba de que la vida es apenas una luz en las tinieblas de un universo infinito, pero a la vez tan fugaz como los deseos del hombre.”