Este
verano entre mis lecturas me gustaría recomendaros tres:
John Banville, avezado escritor de novela
negra y gran conocedor de la obra de Raymond Chandler, accede a escribir por
encargo de la familia de este escritor, una novela protagonizada por su mítico
personaje: Philip Marlowe.
El espíritu de Raymond Chandler parece guiar
la mano de Benjamín Black, seudónimo de John Banville, para resucitar la figura
y personalidad de Philip Marlowe, detective solitario, enamoradizo, reflexivo e
intuitivo que investiga concienzudamente, llevándose a menudo palizas pero
sobre todo desengaños. No podía faltar la clienta rubia, rica y hermosa que
embauca al detective en un embrollado caso, ni los rufianes típicos de estas
novelas en las que, a menudo, los ricos y poderosos suelen salir mal parados.
Recreando de forma magistral el ambiente de
los años 50, con un lenguaje cuidado propio de una novela negra de esa época.
“El
corazón del tártaro” de Rosa Montero
Zarza una joven editora recibe una llamada a
primera hora de la mañana que la hace estremecerse de miedo, a partir de ese
momento se desencadena una acción trepidante que se desarrolla en un sólo día,
en el que la protagonista nos va revelando su pasado y su presente. Enfocando
su vida de forma paralela al texto del S. XII de Chrétien de Troyes con el que
esta trabajando para su publicación.
Una novela en la que el esmerado lenguaje hace
que las metáforas fluyan convirtiendo el
mundo oscuro y horrible de la droga en un reino en el que la Reina Blanca domina a sus
súbditos.
“La
leyenda de la isla sin voz” de Vanessa
Montfort
Vanesa
Monforte relata en esta novela el viaje que realizó Charles Dickens a la Isla de Blackwell, conjugando
la realidad con la ficción.
Una
carta anónima invita al escritor a conocer la isla de Blackwell, el reclamo son
las frases finales de la misiva «Todas las islas guardan un secreto o un
tesoro. Esta guarda ambas cosas».
Cuatro
edificios, una prisión, un asilo para ancianos sin recursos, un orfanato, un
manicomio y un faro, son las
construcciones levantadas y únicas de la Isla.
De
la mano de Anne, una enfermera conocerá a los reclusos, a los niños y a los
enfermos, los tratos vejatorios y abusos que se cometen en pro de una sociedad
que él creía justa y libre, y que, sin embargo permite que se confine a seres
humanos en una isla, en la mayoría de los casos de por vida. Charles Dickens
será la voz de estos seres humanos, criticando las situaciones que allí se
viven.
Una
novela en la que conocemos y admiramos más si cabe la figura de Dickens.
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